Pareciera que la guerra de intereses y dinero, prevalecerá en muchos aspectos por sobre la salud de los jugadores y demás involucrados en el fútbol de estos días. Lo virus se extienden de manera silenciosa, invisibles en todos los ámbitos de la vida comunitaria. El Covid 19, no es la excepción. Se podrán tomar muchas medidas “preventivas”, pero la batalla – por mucho tiempo – será desigual. No todos los clubes en las distintas divisiones, tienen la capacidad de las instituciones líderes. Correrán muchos más riesgos aquellos que militan en categorías menores: ¿ello le importa a alguien?

Aún dentro de una pandemia, surgen las diferencias en sus distintos aspectos. ¿Lo demás? Indudable que las reglas y protocolos le quitarán a este deporte los aditamentos que lo hacen tan particular: no abrazos, festejos dispares…si hasta se prohíben los escupitajos (actos reflejos de muchos jugadores: es común verlo al mismo Lío en esas actitudes). Todo será incertidumbre: si los mismos especialistas no descartan rebrotes de este virus letal para la humanidad.

¿Cómo se enfrentaría una eventual situación de jugadores que padezcan contagios a futuro cercano? Pareciera que las Ligas van a caminar sobre terrenos minados. Reglas de estos tiempos. Indudablemente que casi nada será igual a lo conocido. Lo seriamente importante: que se proteja la integridad física de los verdaderos artífices del balompié. No por evitar debacles financieras, se envíe a los mismos a situaciones extremas.

La comunidad mundial deberá articular distintos mecanismos para contrarrestar posibles “efectos colaterales”, una verdadera puesta a prueba de la capacidad humana en situaciones desconocidas hasta el momento.

¿En lo demás? Ciertamente somos felices, poder ver que la plantilla azulgrana se mueve sobre alfombras verdes, en ese marco tan común y tan echado de menos en estos últimos meses. Nuevamente los balones recuperan protagonismo y se reencontrarán con sus amigos entrañables…pero el espectáculo: no será completo. Gradas vacías, se escucharán con claridad las indicaciones de los técnicos y hasta los dichos entre jugadores. Faltará el murmullo, festejo de los goles y hasta la aprobación y/o reprobación de los fallos arbitrales. Así será el fútbol con secuelas de Covid.

Pareciera que la propia vida toma un protagonismo impensado. ¡Nos imaginábamos tan indestructibles! Pero un microscópico virus de un solo cachetazo… ¿nos hará reaccionar?

 

Néstor Nani

Colaborador

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